Persigo una verdad escrita en las cartas cuyo sueño se vio amenazado y sucumbió. Te persigo y no te busco porque seria poco digno de mi parte. A la risa del llanto le siguió la pena de lo bien que la pasabamos. Le segui yo, mis miserias, arriba de la mesa. Mis caprichos ahora eran olvidos tuyos y luego mios que no se van a encontrar mas. Hablo de palabras que se perdieron, de sentimientos que dejamos de expresar y cuyos fonemas fuimos olvidando, y con ellos los sentimientos. Digo que es lo que fue, y que si no es ahora no fue nunca. Me hago cargo de lo que pienso y espero que tu cuerpo no quiera lo que tu mente resignó.
Mi roto porvenir lo vengo construyendo con los ladrillos de mis pasos. Por la huella que dejaron mis pies es que se llueve. Me dejé caer y no se lo cuento a nadie, lo saben todos. Me dibujé ahí sin sonrisa.
Estoy bien.